La distopía ha sido uno de los subgéneros más destacados de la literatura y
el cine, principalmente, en el último siglo. Si tenemos en cuenta que las artes
beben unas de otras, era inevitable que la música se dejara contaminar por esta
temática, cultivada fundamentalmente en el mundo anglosajón, aunque también ha
habido algún que otro ejemplo oriental, como veremos más adelante.
Hemos de decir que la distopía siempre nos ha fascinado en la redacción del
Corner. 1984, de George Orwell, es
uno de nuestros libros de cabecera, pues describe como ninguna otra obra la
alienación del individuo por la vía de la opresión política y pone sobre el
tapete la reescritura sistemática de la historia y la perversión del lenguaje,
que aunque no en la escala de la novela, se dan en nuestra sociedad si
observamos con atención.
Bueno, pero esto es un blog musical, ¿no? No os vamos a aburrir con
disertaciones literarias del tres al cuarto. ¿A qué viene este post? Pues a que
estábamos escuchando a Muse y nos ha dado por recordar la fuerte influencia de
la distopía en su líder, cantante y compositor, Matt Bellamy. De ahí hemos
tirado de la madeja y se nos ha ocurrido preparar una selección de temas
musicales relacionados de una manera más o menos directa con la posibilidad de
un futuro perro, más aún que el presente que ya vivimos.
Digamos que Bellamy tiene una personalidad compleja: cree en las teorías de
la conspiración, en los extraterrestres y de vez en cuando le pega un repaso a
la micología de colores. Su canción United
States of Eurasia es la referencia más evidente al universo distópico,
concretamente a 1984, pero el tema se
halla igualmente presente en otros singles
del grupo, como Uprising. Si lo dice
Matt, ¡a levantarse!
Uprising nos recuerda irremediablemente a V de Vendetta, el cómic llevado al cine,
que aporta un toque chic a la
historia orwelliana, y de cuya estética es deudora el movimiento antisistema
Anonymous. El climax del film está ambientado por la Obertura 1812 de Tchaikosky, que dicho así, os puede dejar fríos,
pero que si pincháis en el vídeo reconoceréis al instante.
Hermanada con 1984 podemos citar
otra novela, en este caso de Aldous Huxley, titulada Un mundo feliz. Igual os la hicieron leer en Filosofía en el
instituto. A nosotros, sí. Y nos gustó, ojo. Por cierto, Huxley, aficionado a
experimentar con el LSD, fue el padre del ensayo Las puertas de la percepción, que dio origen al nombre del grupo
The Doors. ¿Veis cómo todo nos lleva a la música?
Bien. No sé vosotros, pero aquí detectamos trazas de Un mundo feliz en la canción The
Universal, de Blur. Curiosamente, el videoclip se basa en la estética de
otra obra maestra del subgénero distópico, nuevamente una novela llevada al
cine: La naranja mecánica. Damon
Albarn, haciendo de Alex DeLarge, y Graham Coxon, Alex James y Dave Rowntree de
sus compinches, los drugos. Inquietante. Ya lo dice la canción: “Yes, it
really, really, really could happen…”
Hablando de Stanley Kubrick, director de La naranja mecánica, no podemos olvidar su obra anterior: 2001, Una odisea del espacio, adaptación
de la novela homónima de Arthur C. Clarke. Ahí aprendimos que las maquinitas
pueden ser peores que una suegra mal avenida. La frialdad del ordenador de la
nave, HAL, es sobrecogedora. Y de ese nombre, como es sabido, procede el
gritito de Chiquito de la Calzada. (Lo sabemos: hemos tenido momentos mejores,
pero es una debilidad personal).
Vale, que nos estamos yendo. 2001…
nos sirve para enlazar con nuestro siguiente protagonista: David Bowie, que
hizo su particular canto a la era espacial con Space Oddity, burla de Space
Oddisey. Un paseo extravehicular con billete sólo de ida para el astronauta
protagonista es el hilo de la historia que Bowie nos canta en uno de sus
clásicos.
La distopía alcanza con la inteligencia artificial su versión más moderna.
El cine estadounidense ve en ella un filón para el cine de efectos especiales.
Producto de esta temática son películas míticas como Blade Runner, pionera en muchas facetas, incluida la música, de
Vangelis, concretamente, que nos sigue poniendo los pelos de punta.
Lo bueno del argumento “máquina/hombre” era que daba rienda suelta a escenas espectaculares de las que 1984 o Farenheit 451 carecían. Ver a Harrison Ford y Rutger Hauer darse de hostias hasta en el carné de identidad (o hasta en la placa base, que sería lo más adecuado para el caso) es un punto, igual que comprobar la incombustibilidad de Arnold Schwarzenegger en persecuciones por la autopista contra el T-1000, en Terminator 2: El juicio final. De esta película rescatamos otro temazo, You could be mine, de Guns & Roses, que el bueno de John Connor tenía a bien llevar puesto en el loro cuando circulaba con su motoreta para dar el palo en los cajeros automáticos.
Pasar de replicantes y terminators
a un mundo virtual creado por las máquinas es una evolución lógica. Gracias a
que Neo tomó la pastilla roja que le ofreció Morfeo, descubrimos qué era Matrix. De haber cogido la azul…Bueno,
todos sabemos qué pasa si te tomas la pastilla azul (guiño, guiño). La peli
tiene una gran banda sonora, como podréis ver en el siguiente video.
Matrix sigue siendo el no va más del género de
ciencia-ficción distópica, pero aún hoy títulos como Metrópolis, de Fritz Lang, a pesar de ser muda y haberse rodado en
los años 20, siguen siendo un referente estético. Por ejemplo, Queen, volvió a
poner de moda el film en el videoclip de su éxito de 1984 (¡vaya!) Radio Ga Ga. La canción era una oda a la
radio, amenazada por los entonces emergentes vídeos musicales, popularizados
por la MTV. Si llegamos a saber que aquel canal derivaría en los Jersey,
Geordie y Gandía Shores, igual tendrían que haber hecho la canción los
Eskorbuto.
Y acabamos con un toque friki, para el post más friki de la joven historia de Speaker’s Corner, haciendo una referencia a la distopía oriental por excelencia: Godzilla. Esa dinosauria japonesa destructora de ciudades, nacida por la radiación de las bombas atómicas tuvo, cómo no, su versión cinematográfica americana. El tema más conocido de su banda sonora, Deeper underground, de Jamiroquai, con el que os dejamos hasta la próxima. ¡¡Que el futuro nos pille confesados y oyendo buena música!!
Y acabamos con un toque friki, para el post más friki de la joven historia de Speaker’s Corner, haciendo una referencia a la distopía oriental por excelencia: Godzilla. Esa dinosauria japonesa destructora de ciudades, nacida por la radiación de las bombas atómicas tuvo, cómo no, su versión cinematográfica americana. El tema más conocido de su banda sonora, Deeper underground, de Jamiroquai, con el que os dejamos hasta la próxima. ¡¡Que el futuro nos pille confesados y oyendo buena música!!